Relatos cortos, criticas y algunas cosas más.

viernes, 17 de junio de 2011

20. RILEY

                Busqué en el ordenador la entrada y anoté la referencia de ORGULLO Y PREJUICIO en formato DVD. Segunda planta, drama, signatura DVD-D-ORG, era fácil de encontrar. Suponía que una sesión de cine romántico en casa con mi madre le subiría los ánimos y me reconciliaría con ella. Además, esta era la versión extendida, la serie de la BBC, con ese actor inglés que bordaba al personaje del señor Darcy.
                Más tarde bajé a la entreplanta a revisar las novedades (algo retrasadas ya) de novela romántica. Karyn Monk “La rosa y el guerrero” se venía conmigo a casita, me apetecía un poquito de highlanders con sus tartanes, y más éste, que ojeando un poco vi que le daban un flechazo en pleno pompis, jajaja.
                QUIERO UN GUERRERO DE LAS TIERRAS ALTAS, CORPULENTO, FIERO, QUE ME SECUESTRE Y ME ASEGURE QUE LE PERTENEZCO, Y ME HAGA EL AMOR DE DIVERSAS FORMAS, QUE ME HAGA SENTIR HERMOSA Y QUE DESEE QUE YO SEA LA SEÑORA DE SU CASTILLO Y SU ESPOSA.
                Pero volviendo a la realidad me daba cuenta, desmoralizada, que los chicos disponibles eran gilipollas e inmaduros… y demasiado menudos en cuanto a tamaño. Renacuajos en todos los sentidos.
                Ojeé un expositor giratorio antes de salir de la sala de lectura bastante satisfecha con mis adquisiciones. Me quedé helada cuando vi a los chicos en uno de los sofás de la entreplanta. No cabía duda de que eran ellos.
                Observé a Jared con atención, se había escurrido en el asiento hasta reposar su cabeza en el bajo respaldo, las piernas totalmente estiradas y un cómic abierto sobre su pecho. Jared estaba dormido.
                Kyle estaba acurrucado de lado, con una pierna doblada sobre el asiento, el libro que sostenía en la mano amenazaba con caérsele al suelo. Kyle estaba más inconsciente que dormido.

                Mi corazón comenzó a latir con normalidad, me paré delante de ellos y los observé protectora. Agarré el libro de Kyle antes de que cayera al suelo y lo puse sobre su regazo.  Los otros chicos y chicas me miraron como si yo fuese una cucaracha patas arriba, es normal, solía causar esa reacción. Me volví a enfrentarles y me puse a la defensiva, unos bajaron la mirada, y otros se hicieron los distraídos. Supuse que se asustaron más debido a mi envergadura vertical que a mi gesto serio.
                Joder, de algo tenía que servir mi monstruoso aspecto. Carraspeé y comprobé que Jared abría un ojo, me miraba un instante y luego abría el otro. Rápidamente se incorporó y se sentó de forma más civilizada, se aclaró la garganta un instante y me dedicó media sonrisa.
                - Hola. – Dije abrumada por mis emociones y reacción a su gesto amable. No se me ocurría qué más decir, nunca he sido impulsiva, pero eso él no lo sabía. Debía armarme de valor y fingir ser una chica valiente, decidida y segura de sí misma.

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