Relatos cortos, criticas y algunas cosas más.

martes, 12 de abril de 2011

3. RILEY

                Levanté la mirada y vi entrar a Kyle y a Jared en el local. Se sentaron al fondo y colocaron las mochilas en el suelo, entre sus pies. De forma automática eché un vistazo a los carteles que tenemos puestos por todo el establecimiento: “Abonen al ser servidos”. Recelosa pensé que no llevaban ni para la propina. Con gente así no iba a hacerme rica, precisamente.
                Bajé la cabeza avergonzada por ellos, en cuanto Randy llegase diciendo que no tenían pasta, no me quedaría más remedio que tomar medidas, pero me sentía demasiado acobardada.
- Toma, cóbrate de dos tazones de leche con cacao – Randy depositó sobre el mostrador un buen montón de calderilla, intuía que era el dinero de los dos chicos. No lo conté ya que me dio vergüenza hacerlo, el más joven debía ser de mi edad: diecisiete.
                Les observé un instante, camuflada entre mis apuntes. Estaban uno frente a otro, se habían quitado los guantes y ambos rodeaban las tazas con las manos para entrar en calor. Aunque ya el simple hecho de entrar en el local te hacía entrar en calor al instante. Algo sacudió mis tripas y no era capaz de vislumbrar qué podía ser, ya que jamás había hecho algo parecido. Llegué a la ventana de la cocina.
- Adrian, prepárame dos baguetes de lomo con todo.
                En menos de cinco minutos me pasó una bandeja con dos crujientes y calientes bocadillos envueltos en una bolsa de papel, y con un aroma embriagador a finas lonchas de lomo a la plancha, mayonesa, lechuga y tomate.
- Randy – el chico llegó hasta mí guardando su libreta electrónica en el bolsillo del mandil negro.
- ¿Riley?
- Lleva esto a la mesa del fondo.
- ¿La de los dos chicos?
- Ajá – asentí con indiferencia.
- No han pedido nada más.
- Ya lo sé.
                Me di la vuelta y me escabullí en mis cosas, enterrándome en la Edad Media. No quise mirar porque me daba vergüenza, acababa de hacer una obra de caridad y no sabía cómo sentirme. ¿Feliz por ayudar a los pobres? Eso sería como presumir de ser caritativa.
                Apenas había logrado leer el primer párrafo cuando alguien dio unos golpecitos en el mostrador. Volví la cara sin pensarlo y me encontré con Jared. Al fondo veía a Randy con gesto de incertidumbre y a Kyle con cara de contrariedad.
- Han llevado un pedido a nuestra mesa por error. No hemos pedido nada.
                Me miró a los ojos, él tenía los ojos de un azul tan intenso que por poco me pierdo en ellos. Me dio reparo admitir que era yo la que invitaba.
- Alguien ya lo ha pagado antes de marcharse. No quería que dijese nada.
                Nos quedamos un momento en silencio, no podía apartar la mirada de sus ojos.
- Da las gracias a esa persona de nuestra parte.
- Lo haré.
                Se dio la vuelta y se alejo, sentándose en su sitio mientras yo volvía a meter las narices en mis apuntes de historia.

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