Relatos cortos, criticas y algunas cosas más.

martes, 12 de abril de 2011

4. JARED

                Kyle tenía razón cuando decía que era demasiado orgulloso para pedir en la calle. Me había lanzado esa mirada suya de advertencia cuando me dispuse a aclarar el tema de los dos bocadillos. No estaba dispuesto a que me pusieran en evidencia, sobre todo con ese cartel anunciando que había que abonar al ser servidos. ¿Cómo se supone que íbamos a pagarlos? Error o no error, no teníamos pasta ni para comprar un paquete de chicles.
                Cuando me enfrenté a la chica, la pobre había puesto una cara de espanto que pensé que se iba a desvanecer delante de mí. Por otro lado me alegraba de llevarme algo solido al estómago que llevaba rugiéndome todo el día. Al regresar a la mesa, vi que Kyle suspiraba aliviado.
- ¿Todo solucionado?
- Un gesto altruista de un desconocido.
- ¿Eso te ha dicho? ¿Y no te ha apuntado su número de teléfono en una servilleta? – preguntó Kyle travieso.
                Preferí no responder, el delicioso aroma a lomo estaba nublando mis neuronas, y en cuanto cogí el bocadillo caliente y crujiente entre mis manos, fue como si fuese un heroinómano que se estuviera rindiendo a una dosis de droga. Es más, el primer bocado apenas lo pude saborear, ansioso como estaba por tener algo en el estómago antes de que me flaquearan más las piernas.

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